Bienvenidos a la tierra de Teranga, la tierra de la hospitalidad, el país se siente orgulloso de tener y de llevar este Slogan o sobrenombre en la mayoria de folletos.
Senegal es uno de los países más estables de África occidental, pero eso no quiere decir que sea aburrido. La capital, Dakar, ubicada en el extremo de una península, es una embriagadora introducción al país, donde la elegancia convive con el caos, los atascos, vibrantes mercados y una rutilante vida nocturna, mientras que en la cercana Île de Gorée y las playas de Yoff y N’Gor el ritmo es más lento.
En el norte, la enigmática capital de Saint-Louis, Patrimonio Mundial de la Unesco, tienta con su seductora arquitectura colonial y su proximidad a espectaculares parques nacionales. Amplias franjas de playa jalonan Petite Côte y Cap Skirring, y el extenso delta del Casamanza invita a subir a un bote para surcarlo en medio de una asombrosa biodiversidad, con cientos de especies de aves.
Ya sea para mezclarse con los pioneros de la moda urbana africana o para disfrutar de la soledad rodeado de naturaleza, en Senegal todo el mundo encuentra su lugar.
