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El Barranco del Poqueira por su espectacularidad y belleza es la imagen más conocida de la Sierra Nevada alpujarreña y la que mejor define la armoniosa relación existente entre el paisaje natural y el humanizado, con sus pueblos colgados del abismo perfectamente integrados en su medio. No en balde el macizo montañoso está declarado por la UNESCO como Reserva de la Biosfera, dentro del Programa “Hombre y Biosfera”, que valora la singular arquitectura popular, su agricultura abancalada, sus acequias, sus actividades tradicionales…, todo ello respetando el marco natural incomparable que alberga su reducida población.
El trayecto propuesto nos va a ilustrar sobre estas actividades humanas en una geografía agreste, pero sabiamente explotada en sus recursos. De este modo caminaremos junto a acequias y cortijos, eras y bancales.
Antes de iniciar este recorrido debemos informarnos de las previsiones meteorológicas, sobre todo en época invernal, ya que nos adentramos en zona de alta montaña.
Centro de Ciudad de Granada, Hotel
9:00 de la Mañana
Comenzamos nuestro itinerario en Capileira (1.450 metros) cruzando el pueblo hasta la zona alta para salir por el camino de la Cebadilla. Dejando atrás las últimas casas subimos por un camino de herradura que se sigue utilizando aún hoy por los pocos que tienen labores y ganado en la sierra. En diez minutos alcanzamos una zona rocosa donde el camino zigzaguea, con impresionantes vistas al Barranco del Poqueira. Más adelante llegamos a un carril que seguimos a la izquierda para abandonarlo poco después por una vereda que pasa debajo de los depósitos de agua potable. A continuación caminamos junto a la acequia de los Lugares y bajo un pinar de repoblación para después subir por un carril, cruzando la acequia, hasta salir a la pista que seguiremos y nos bajará hasta la Cebadilla.
En este abrupto paraje se construyó en los años cincuenta una central hidroeléctrica, aprovechando los fuertes desniveles del terreno. Llegamos hasta el final de la pista cruzando el tercer puente sobre el Poqueira. Junto a este último puente comienza un camino de herradura tan duro de subir como interesante, caminando entre encinas con vistas al Mulhacén. En algo menos de media hora de continuo serpenteo llegamos a un cruce; dejamos a la izquierda la senda que sigue la Loma Púa hacia el Veleta, por otra que nos sube más suave. Unos minutos después dejamos igualmente otra senda a la izquierda junto a un cortijo cercado y llaneamos con vistas a gran parte del itinerario que nos queda por realizar, observando al fondo debajo del Mulhacén y el Refugio Poqueira, en la misma vertical, el Cortijo de las Tomas, hasta donde subiremos. A diez minutos encontramos un cruce junto a un cortijo con nogales. Tomamos la vereda que baja al río. En la otra vertiente del río observamos la acequia de los Lugares que luego cruzaremos junto a su toma.
Ya en el río caminamos por su amplio cauce, cruzamos un puente sobre el río Naute, que así se llama en este tramo, y llegamos al Cortijo de la Isla, que como podemos comprobar en sus corrales y en la era que hay más arriba, no se ha visto en mucho tiempo invadido por las aguas, pese a estar en medio del cauce. Río arriba pasamos bajo los tajos de Cañavate y cruzamos el río por un puente en una zona de grandes mimbres donde encontramos las ruinas de un cortijo entre cerezos. La vereda salva el encajonamiento del río ascendiendo la ladera para llegar a un nuevo cruce, donde tomamos el camino que baja al río. Pasamos a media ladera por una zona fangosa y en unos minutos llegamos a la desembocadura del río Veleta, que atravesamos por un puente. Después de un ascenso llegamos al río Mulhacén, que cruzamos para encarar la dura subida en dirección nordeste hasta la Acequia Baja y un poco más arriba alcanzamos por fin el Cortijo de las Tomas (2.100 m.). El nombre de las Tomas viene porque en sus inmediaciones están las dos tomas de agua de las Acequias Alta y Baja, de origen árabe, que llevan el agua hasta la Tahá de Pitres.
Desde este estratégico cortijo, si queremos subir al Refugio Poqueira debemos seguir el ascenso en la misma dirección que llevábamos y superar los 400 metros de desnivel que aún faltan, con una duración aproximada de una hora (sin nieve).
Continuamos nuestro itinerario de las acequias, ya de regreso a Capileira en dirección sur, por una vereda que llanea al principio y luego asciende hasta la Acequia Alta. Durante este recorrido de aproximadamente una hora entre las dos acequias, tenemos espectaculares vistas del entorno. Sorprende la amplia cabecera del Poqueira, un impresionante anfiteatro natural que supera los tres mil metros en todo el círculo que va desde el Pico Tajo de los Machos hasta el Mulhacén. Los ríos Toril, Veleta, Río Seco y Mulhacén muestran en sus zonas altas un evidente relieve glaciar.
Llegamos a los Corrales de Pitres, bajo la acequia Alta, que aún mantiene un uso ganadero, una actividad tradicional en Sierra Nevada, donde la abundancia de agua, la suavidad de sus lomas, el clima, etc., propicia un pastoreo de sus prados desde los primeros asentamientos en la zona. Más adelante la vereda comienza a descender, pasamos la acequia Baja y luego nos adentramos en un pinar por el cortafuegos. En unos minutos se llega a la pista de la Cebadilla, que cruzamos para seguir por otra que baja enfrente. Después de unas curvas cerradas llegamos a los depósitos de agua potable, donde retomamos el camino de ida por la vereda que nos conduce a Capileira.